martes, 15 de febrero de 2011

Que prefieren ¿esquiar o la conservación del oso pardo?


Hace tiempo que no escribo y no es por falta de temas jugosos: la revuelta popular en Egipto, la ceremonia de los Goya con batalla final entre los monstruos Alex de la Iglesia y la ministra Ángeles González-Sinde; la entrevista de Rajoy hecha por niños en Cadena 100 en la que reconoce que “no hace mucho en casa”, los altos índices de contaminación que han estado presentes en las ciudades de Barcelona, Madrid y Valencia los últimos días y que ahora, con las lluvias, han pasado a contaminar ríos y cultivos;… Temas controvertidos haberlos, haylos. Pero otro debate ha llamado mi atención.

Los seres humanos estamos causando graves impactos en el Planeta –este hecho es o debería ser conocido por todos- pero no pensaba que fuera tan explícita nuestra acción. Pensaba que nos molestábamos en disimularlo pero ni siquiera es así. Dañamos los ecosistemas, cambiamos la temperatura global, lanzamos gases altamente perjudiciales a la atmósfera, manipulamos toda clase de seres vivos para nuestro beneficio y, además, ahora, hay quién antepone el ocio a la conservación de nuestro patrimonio natural más valioso.
Nos gusta esquiar y salir el fin de semana de turismo rural pero no vemos que para construir las instalaciones en estas zonas naturales hay que sacrificar la tranquilidad y la paz de muchas zonas de descanso animal.

La Junta de Castilla y León está a poyando la construcción de una estación de Esquí y otros pasatiempos montañescos en la zona de San Glorio para “revitalizar económicamente la zona y detener el despoblamiento de los pueblos que rodean el puerto de montaña” y los habitantes de la zona apoyan este razonamiento.
Pero resulta que han tenido que cambiar la legislación vigente al respecto porque, tal y como está hoy en día –o estaba- la construcción de la Estación de esquí de San Glorio no puede llevarse a cabo por tratarse de una zona de interés estratégico natural para la conservación de especies como el oso pardo y además está reconocida como Lugar de Interés Comunitario por la Unión Europea y Zona Especial de Protección de Aves.

En los años ’70 parece que éramos más responsables que ahora puesto que se detuvo la propuesta de construcción del complejo pero, desde el año 2000 ha vuelto a tomar impulso y ahora parece que ve la luz.
Los expertos medioambientales de todo el mundo tildan el proyecto de desastre ecológico pero parece no importar. Si está costando tanto detener un proyecto que afecta tantísimo al medio ambiente ¿qué ocurre con los que ocasionan daños menores? ¿Llegan a atenderse?
La protección del medio ambiente debe ser un esfuerzo compartido por todos y mientras no sea así no se podrá detener el deterioro natural. Os animo a que separéis materiales para el reciclaje, uséis más el transporte público y que hagáis todo lo que esté en vuestra mano para sentiros en paz con el Planeta que, al parecer, en todo el Universos sólo hay uno como este y hay que cuidarlo.