Aunque, si soy sincera con vosotros, esto no es más que una faceta, una pose, un paripé sólo para hacerme la interesante porque, vacaciones, lo que son vacaciones no he visto ni media en todo el verano. Soy una curranta de aúpa. ¡Qué se le va hacer!
En una de las últimas entradas que hice expliqué que había empezado a trabajar y eso es lo que he estado haciendo tooodo el verano: trabajar, madrugar, trabajar y volver a madrugar, todo ello ansiando el viernes por la tarde y deprimiéndome el domingo por la noche. Ahora veo que vuelve septiembre, que no hay nadie que se escape de los madrugones y el trabajo y, ¡mira chica!, me siento bien. Ya se que mal de muchos consuelo de tontos, pero es que soy un poco tonta.
A pesar de mis palabras, la pura realidad es que mi verano no ha sido tan malo como parece. Vivo en un pueblo costero, con playa y he disfrutado de ella todos los días y además, he de confesar que no tengo un mal horario. ¡Podría ser peor!
Durante estos tres meses he estado en un puesto que me ha servido para aprender mucho, muchísimo y, aunque desde ya mismo me está reportando beneficios, se que lo hará, y con creces, en el futuro.
Contenta y feliz me dispongo a afrontar el largo invierno y prometo seguir compartiendo mis duros días con vosotros.
Benvenuto settembre
