El Comienzo

Esta es la historia de mi día a día, de mí duro día a día. Me presento: Soy Fiona, 23 años, soltera, recién licenciada y sin empleo y mi vida es dura. Lo digo así; tal cual, de manera rotunda y sin tapujos. Se que pensáis que a los 23 años y con una carrera la vida JAMAS puede ser dura, pero os equivocáis. La mía, lo es y seguro que al final me dais la razón.

Durante cinco años he ido DURAMENTE y bajo condiciones muy adversas (la  lluvia, el rocío mañanero, el frío, madrugones… ufff) a la universidad, sin faltar ni un solo día…. Bueno, pensando esta última frase quizá me haya dejado llevar por la literatura del escrito, pero en fin, que fue muy costoso ir todos los días a clase durante CINCO años.  Y, total, ¿¿para que?? Si, la cultura, las experiencias de la vida…. PATRAÑAS!!! Al final lo que tienes es NADA; nada por aquí y nada por allá.

Resulta que te dejas la piel (la de los dedos de las manos) enviando miles de mails a unas empresas y a otras, a unos gerentes y a otros y total, la mejor respuesta que recibes es del mail deliverysubsystem ese que te informa de los “Technical details”, algo así como que no se ha podido enviar tu mail.

No es tan bonito como pintan tener una carrera universitaria. No te sientes mejor, ni más realizado, no con mayores inquietudes ni mas comprometidos con la sociedad que me rodea. Sigo sin enterarme de los “affaires” políticos, ni de las relaciones internacionales ni de nada, de nada.

Si esto fuese cinco años atrás me metía a NINI, que ni sabes ni te preocupa saber.

Es duro el día a día cuando te sientes una filosofa frustrada, que analiza la sociedad (entendida por ella el vecino guarrete del primero-bajo que se dedica a contemplar la vida, que afición más bonita en la teoría) y que cree que el mundo le prepara una misión. Esta soy yo y mi objetivo  vital es… no os lo digo: os lo cuento día a día.