El tema es que yo, sin dedicar tanto tiempo ni esfuerzo a mi Facebook, he conseguido -sin querer- que mi vida también quede reflejada en un .com.
No suelo usar el Facebook más que para compartir enlaces, cotillear a mis contactos, enterarme de eventos (a los que no suelo ir) y hablar por el chat con un par de personas. Y, aún así, puedo ver el paso del tiempo a través de mi perfil, parte de mi vida.
Echando un vistazo a las fotos que he usado de perfil, observo una evolución, un cambio personal y físico que queda patente y pienso "aquí están reflejadas mis etapas vitales". Y así es, porque dando el citado repaso, me veo a mi misma en mi fase poligonera, en mi fase de fashion victim, me veo acompañada de amigos pasados, de compañeros antiguos de clase, me veo en tal o cual viaje, y con tal o cual novio.
En fin, sin querer, Facebook tiene recogida toda mi vida y no dejo de pensar en la información vital que puede haber en el perfil de aquellas personas que sí exponen su vida al 2.0 -¿ó 3.0? No se, esto va muy rápido- y no comento ya los usuarios de Tuenti, quienes si tienen una verdadera vida escrita a base de ceros y unos en su profile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario